DE CÓMO NO ENTIENDO EL AMOR

Extraño es el amor, porque cuando más quieres olvidar no hay olvido
Porque pretende lograr lo prohibido, porque se empeña en llenarnos de dolor

Y vaya que es extraño el amor, porque es ansiedad, porque el tiempo sin la persona amada hiere, porque cuando estás con él, el tiempo ni siquiera existe y si existe se te va antes de poder nombrarlo.

Y si quedara duda, sólo basta compararlo, se parece tanto al mar que a veces ruge de intempestivo y hasta nos asusta, a veces es tan tranquilo que aburre y por eso se busca un nuevo amor, uno más dinámico, pero como es imposible olvidar los momentos buenos del viejo amor, buscamos encontrarlos en uno nuevo, sin darnos cuenta que el anterior puede resurgir con la fuerza y ferocidad de las tormentas de alta mar.

Es tan extraño que basta saber que es simple, sencillo y nos llena como lo más complejo y cuando es complejo no nos damos cuenta hasta que se va desvaneciendo en el tedio de una relación. ¿Cuándo has visto un corazón roto? Yo sé que nunca, pero sí uno derrumbado por perder una ilusión, las ilusiones se vuelven el soporte del amor y si uno se da cuenta a tiempo cambia esas columnas por las de la comunicación y la confianza.

Y de dónde nace, eso que llamamos amor, de reacciones bioquímicas en el cerebro: dijo un neurólogo. No, de la fuerza del señor, acertó a decir un teólogo, yo sin saber de eso sé que viene de la casualidad, pero creo que surge de la necesidad de hacer poesía, de hacer arte, de imaginar espacios enormes en los que quepa todo lo que podemos ser y desear.

Y el amor sube por los ríos y baja por las montañas y se adentra en selvas recónditas del propio ser, para dejarlo que se busque a través de esa inmensa travesía que implica amar, porque amar es explorar, es explorar la propia vida es explorarse a uno mismo. Porque amar es descubrir que siempre hay hilo en la madeja, que ¡ay! Cómo duele saberlo, el ser humano, por más que intente alejarse de sí, se reencuentra a sí mismo en el amor.

Y amamos para no sentirnos solos, y amamos para escuchar las palabras del otro, sin darnos cuenta que en la soledad es cuando más amamos y que el silencio nos invade siempre que hay un verdadero amor. Y el amor duele siempre, y el dolor viene de la razón, que siempre nos indica lo absurdo que es, eso que llaman amor.